Apego emocional y TLP


apego y tlp

En este artículo voy a hablar de cómo el apego temprano  o sea la manera en que nos cuidaron en los primeros años de vida influye en personas que presentan Trastorno Limite de la Personalidad TLP.

 

El TLP es un trastorno complejo, muchos de los síntomas característicos con trastorno límite de la personalidad (TLP) se hacen más comprensibles si tratamos de entender los problemas que tuvieron en su infancia la relación con sus cuidadores principales.

Las dificultades de sintonía, regulación y consistencia en la relación entre padres e hijo se ve reflejada en la forma de relacionarse de los adultos y en diversos aspectos de la patología límite.

Con todo, los factores traumáticos y de apego no son los únicos que condicionan este transtorno. Los problemas de apego no dan respuesta por sí solos a la complejidad del TLP ni serían la única causa para que una persona pueda desarrollarlo aunque sí una de las piezas del rompecabezas.

El apego en los criterios diagnósticos

Nueve son los criterios que describen los manuales para el diagnóstico del trastorno límite de la personalidad: temor al abandono, relaciones inestables e intensas, alteración de la identidad, impulsividad, conductas intensas y autolesivas, inestabilidad afectiva y emocional, sentimientos crónicos de vacío, ira inapropiada e intensa, e ideación paranoide por estrés o síntomas disociativos graves.

Voy a comentar como cada uno de los diagnósticos están en parte relacionados con el apego temprano.

 

1- Temor al abandono

Puede que tuvieran cuidadores con conducta ambivalente o caótica del cuidador , lo que creó como un refuerzo intermitente de la conducta de búsqueda del apego. Le hace ser hipersensibles, alertas y atentos al rechazo.

Dado que en ocasiones la proximidad, el afecto y el cuidado le son negados, o recibe mensajes contradictorios, el niño busca con desesperación al cuidador. El progenitor está presente, pero no siempre disponible emocionalmente.
Esos niños se mostraran preocupados por la vinculación con los demás cuando son adultos.

La fuerte necesidad de apego y los esfuerzos desesperados para evitar el abandono contribuyen notablemente a la intensidad e inestabilidad de las relaciones de las personas con TLP. La necesidad de afecto del otro nunca se ve completamente colmada; a menudo se requieren pruebas de ese afecto.

No soportan estar solos, incluso en peridodo cortos de tiempo, otros refieren sentirse solos incluso cuando están rodeados de gente.

Este temor les hace especialmente vulnerables al abandono y favorece que se activen señales de alerta ante estímulos relacionales o ante situaciones percibidas como amenazantes.

 

2- Relaciones inestables e intensas

Crecen con caos afectivo.

Es habitual que sientan que si los demás les llegan a conocer, se alejarán de ellos (en muchas ocasiones las figuras de apego les han transmitido este tipo de mensajes de manera recurrente).

Por un lado sentirse querido con condiciones.
Si el niño se siente querido «con condiciones» desarrolla una creencia disfuncional de no ser totalmente válido a menos que… se cumpla dicha condición.
Por otro lado no poder predecir como van a estar los progenitores. Calmados o agresivos.
Niños que no podian predecir qué va a hacer mi cuidador, entonces si me cuelgo de su cuello (con llanto, grito, pataleo) por lo menos me aseguro de que va a estar presente.

Ello les convierte en adultos más inseguros, más dependientes de la validación externa.

Para poder apegarse a un progenitor inconsistente y agresivo, el niño no tiene a veces otra opción que idealizarlo para construir una imagen parental en ocasiones muy distante de la realidad.

La sensación de dependencia y la manera indirecta de comunicar este sentimiento a los demás puede causar, por otro lado, gran desconcierto en las personas con las que se relacionan los sujetos diagnosticados con TLP, lo que les lleva a mantener relaciones interpersonales muy variables y a menudo conflictivasmantiene relaciones interpersonales muy inestables y, con frecuencia, conflictivas.

No suele ser consciente de la desconexión existente entre lo que realmente siente y su reacción final. Puede pasar del extremo de la idealización de una persona a su total devaluación

Muchos se sienten como «farsantes» y se esfuerzan para mantener una fachada de aparente normalidad. La hipersensibilidad puede hacer que se muestren atentos a cualquier posible señal de alerta que implique rechazo o la posibilidad de «que se les conozca de verdad.

 

3- Alteración de la identidad

Tienden a repetir lo que otros les han dicho sobre como son, pudieron los progenitores decirles quieres eran sin que los niños tuvieran conocimientos, asumiendo que así es. O por otro lado un reflejo inadecuado llevo al niño a interiorizar «representaciones del estado de sus progenitores» y evita que forme una versión de su propia experiencia, de quienes son.

Lo qu eles lleva a buscar pistas de quieres son en los demás.
Cuando una persona carece de una identidad definida y no encuentra una explicación a lo que le ocurre, suele buscar pistas en las personas que le rodean.
Algo que le permita explicar su confusión e incertidumbre, que disminuya su sensación de culpa y que, a la vez, propicie que los demás le entiendan.

Muestran confusión y variabilidad en torno a sus valores y que estos varíen en función de la opinión o preferencias que tienen las personas con las que se relacionan.

4. Impulsividad

No pudieron crear un patron de autoregulación adecuado y por lo tanto la regulación la buscan fuera.
Las conductas impulsivas ejercen una función reguladora.

Las personas con TLP se suelen percibir y describir a sí mismas de «impulsivas», aunque es poco habitual que piensen en los motivos que les llevan a comportarse o reaccionar así. Suelen autojustificarse con frases
como «soy así, no puedo evitarlo». Incluso llegan a creer que no «tienen control sobre su comportamiento».

 

5. Conductas intensas y autolesivas

Muchas veces, el niño ha de gritar más alto o durante más tiempo para hacerse notar. Al ser esta la pauta habitual, el niño aprende que sus demandas tienen que ser llamativas e insistentes.
O por otro lado renuncia, se cierra, ignora sus propias necesidades, llegando a tener grandes dificultades para reconocerlas.

Ambas situaciones pueden generarse en un apego disfuncional y reflejarse en la conducta de un adulto para el cual una autolesión se convierte en la única comunicación disponible o percibida como efectiva, una manera de ahcer frente a las dificultades a veces.

Para entender estos comportamientos necesitamos entender primero cuales son las causas que lo provocan, los motivos que hay detrás de esta conducta aparentemente desadaptativa.

Los comportamientos intensos, las amenazas suicidas y los comportamientos autodestructivos como la automutilación suelen ser interpretados como chantajes y manipulaciones, cuando en realidad suelen ser una manera efectiva que ha encontrado la persona para hacer frente a emociones difíciles de tolerar y poder calmarse.
El dolor fisico es mejor que el dolor emocional, da sensación de control.

 

6- Inestabilidad física y emocional

El estado de ánimo básico de tipo disfórico (tendencia a sentirse triste o desmotivado) suele ser interrumpido por períodos de ira, angustia o desesperación.
Son raras las ocasiones en las que toma el relevo un estado de bienestar o satisfacción. En estos cambios pueden influir también una marcada hipersensibilidad ante desencadenantes ambientales, que pueden tener en parte una base postraumática.

Gestos, actitudes, expresiones en el otro que recuerdan al paciente expresiones del cuidador en la infancia pueden disparar reacciones que en un adulto parecen desproporcionadas y fuera de contexto.

 

7- Sentimiento crónico de vacío

Los sentimientos crónicos de vacío podrían corresponderse con la ausencia de sintonía con el progenitor.

Momentos de soledad, de sentirse invisibles, de que nadie se daba cuenta realmente de cómo se sentían. Un progenitor desbordado por sus propios conflictos y dificultades puede no ser capaz de ver las necesidades del niño o no poder diferenciarlas de las suya.

Describen la sensación de vacío como un sentimiento muy intenso que «invade todo su ser»; otros refieren «que no hay nada que les llene ni que les aporte algo» o hablan de «un dolor que les traspasa y los anula»; algunos narran estar como en «un pozo sin fondo en el que la angustia lo llena todo.

 

8- Ira inapropiada e intensa.

Reproducen en esas reacciones modelos de expresión de la rabia disfuncionales con los que crecieron. Las oscilaciones, a veces muchas similares a los roles de ambos progenitores durante su infancia: se muestran vulnerables, dependientes e indefensos como lo era su madre ante las agresiones verbales o físicas del padre, conductas que muchas veces reproduce, generándole después una intensa culpa.

Las personas con trastorno limite de la personalidad ha crecido en un mundo de extremos, que se reproducen en su propia conducta.

Los arranques de ira pueden resultar aterradores.  Puede dar la impresión de hallarse totalmente fuera de sí, actuando por impulsos y sin advertir las consecuencias de su conducta.

La realidad es que en ese momento no lo pueden evitar, aunque en muchas ocasiones sea consciente de que su comportamiento apartará aún más de su lado a las personas.

Cuando se enfadan con alguien, es como si ese alguien dejase de ser una persona con sentimientos, se convierte en el objeto de su odio y la causa de su malestar: en el enemigo. No tienen el deseo premeditado de hacer daño.

 

9. Ideación paranoide por estrés

Pueden padecer síntomas disociativos graves. Dificultad para regular estados emocionales, hipersensibilidad a los estimulos en general, en combinacion con ciertos rasgos explicaria la suspicacia con la que se enfrentan a situaciones emocionales.

Pueden llegar a interpretar lo que hacen los demás en función de lo que ellos piensan o sienten, lo que refleja la falta de mentalización.

En resumen

El trastorno límite de la personalidad predomina una inestabilidad emocional, una alta reactividad a factores externos, una sensación de vulnerabilidad casi permanente y una gran dificultad para funcionar de manera adaptada o efectiva durante largos períodos de tiempo.

La mayoría de la personas con TLP llevan un vida caótica y tienen la sensación de no encajar en la sociedad. Esto se observa y refleja en las múltiples dificultades que manifiestan en sus relaciones con los demás, en su visión de los eventos, del entorno y en el variable y frágil concepto que tienen de ellos mismos.

Todo lo anterior está, en cierto modo, condicionado por las vivencias y por el estilo de apego que han adquirido de niños en la relación con sus progenitores cuando el niño ha de defenderse de la misma persona a la que ha de vincularse, toda la organización interna se trastoca.

Extraido del articulo:

Del apego temprano a los síntomas del trastorno límite de la personalidad (2011). Dolores Mosquera y Anabel Gonzalez

https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Apego_y_TLP.pdfm

 

Aura Marqués
Psicóloga. Clínico EMDR
Palma de Mallorca

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