Autocuidado positivo

 

¿Sabemos que es el autocuidado?. Muchas veces nos centramos en cuidar nuestro aspecto, gimnasia, higiene, alimentación, dormir lo necesario, y creemos que hemos realizado un cuidado suficiente, sin embargo, hay aspecto no tan visibles que también pertenecen al mundo de los autocuidados. 

 

 

Autocuidados

 

Tres elementos constituyen los autocuidados según Anabel González y Dolores Mosquera:

  1. Una actitud o estado mental de valorarse a uno mismo, actitudes que motiva al individuo a cuidarse bien
  2. Una ausencia de actitudes autodestructivas
  3. Acciones beneficiosas especificas, que hacen que le individuo crezca y se valore.

 

 

Tenemos una actitud de autocuidado positivo cuando nos valoramos, la sensación de que nos cuidamos bien genera motivación para la ausencia de conducta autodestructiva y genera acciones beneficiosas.

 

Así que podemos decir que los autocuidados incluyen:

  • Cuidado físicos adecuados.
  • Identificar y atender a nuestras necesidades.
  • Tener  una visión realista acerca de uno mismo.
  • Evitar conductas autodestructivas.
  • Ser capaz de tolerar y asimilar el afecto positivo y el reconocimiento.
  • Realizar actividades positivas y mantener relaciones positivas para uno mismo.
  • Ser capaz de pedir y aceptar ayuda.
  • Evitar el Rol de cuidador hipertrofiado. Pensar que los demás son lo primero.
  • Mantener y fijar límites adecuados.

 

Cuatro palabrejas que podemos grabar en nuestra mente:

Autoconsuelo, por nuestro dolor, malestar, duelo por las pérdidas.

Autocuidado, conciencia de nuestros recursos positivos, creencias autorreferentes, saber poner limites, saber pedir y saber dar. Saber reconocer las necesidades propias. Conocer nuestros recursos.

Autoprotección, detectar y saber que hacer si hay algún peligro 

Autocompasión, por lo que nos ha tocado vivir.

¿Qué hace que nos cuidemos mal?

Como una condena, realizamos acciones perjudiciales, sabiendo que no debemos pero no podemos detenernos, las realizamos compulsivamente, para después sentirnos mal, maldecirnos a nosotros mismos, odiarnos un poco más, y para remate no haber solucionado el problema, solo conseguir sentirnos más miserables con nosotros mismos. Son situaciones muy angustiosas y duras que están  viviendo multitud de personas.

 

Los patrones aprendidos, las negligencias y los traumas pasados en la infancia puede que tengan algo que ver en la manera que las personas se cuidan de si misma.

 

Haber nacido en un ambiente abusivo, o negligente, donde no se han aprendido patrones de autocuidado positivo, o cuando de niños nadie enseño las conductas ni las actitudes de valorarse y cuidarse es una posible causa de que de adultos mantengamos esas conductas y no hayamos aprendido a querernos. No hablemos de algunos casos en que los adultos que se suponía que tenían que cuidar del niño lo maltrataron o no le proporcionaron los cuidados adecuados, creando adultos heridos y desprovistos de autoestima.

Sabes expresar nuestras necesidades es uno de los más importante autocuidados positivos.

Mira la lista de necesidades

Creencias negativas

 

Podemos haber aprendido que:

  • «necesitar es malo»,
  • «necesitar cosas es egoísta»,
  • «las necesidades de los demás son más importantes que las mías»,
  • «hay que sacarse las castañas del fuego uno mismo»,
  • «nadie nos va a ayudar»,
  • «necesitar es señal de debilidad»,
  • «si muestro mi necesidad los demás se aprovecharan de mi»,
  • «tenemos que conformarnos con lo que nos dan sin pedir»
  • «no se lo que necesito».

 

 

Y entonces necesitar no está permitido, confundidos entonces no reconocemos las necesidades verdaderas , saber reconocer las necesidades y saber pedirla es uno de los requisitos del autocuidado positivo.

Todo esto nos indica que la forma en que nos cuidamos tiene que ver con el apego, o la vinculación emocional con nuestros primeros cuidadores.

 

Apego a nuestros cuidadores

La percepción más intima de nosotros mismos tiene que ver en cómo nos miraron nuestros cuidadores. Y de cómo ellos se autocuidaban.

Aprendemos las primeras lecciones de autocuidados a partir del modo en que nos cuidan, el dominio de la capacidad de autoregulación depende en gran medida de lo armoniosas que fueron nuestras primeras interacciones con nuestro cuidadores. Los niños cuyos padres son fuente de consuelo y fuerza tiene una ventaja vitalicia, una especie de tapón contra lo peor que el destino les puede deparar.

 

Estaremos sintonizados emocionalmente si nuestros cuidadores pudieron sincronizar con nosotros. «El bebé aprende a ser la idea que la madre tiene sobre él» pero las cosas pueden ir realmente mal cuando los cuidadores principales no pueden estar en armonía con la realidad física del bebé, el niño percibe que hay algo malo en su manera de ser. Puede que nuestros padres no pudieron estar disponibles cuando los necesitamos en la infancia, ya sea porque sufrieron una enfermedad, una pérdida importante o porque no supieron lidiar con sus propios traumas. No siempre están ahí para crear un apego seguro.

 

Los niños no tienen más opción que organizarse en la familia que tienen, no tiene otra autoridad a la que acudir en busca de ayuda, sus padres son la autoridad, su supervivencia depende de sus cuidadores. En ese entorno aprenden qué es necesario hacer para que te quieran, apoyen, reconozcan, tengan en cuenta, observan como los adultos gestionan sus conflictos, que hacen para solucionarlos o evitarlos, y lo que se ve lo asocian a esa sensación de pertenencia al grupo, a la protección y bienestar (relativo).

 

El trabajo para retomar autocuidados positivos requiere de un trabajo de concienciación, reaprender que necesitamos y darnos cuenta de que el bienestar es algo distinto a lo que creíamos, romper algunos moldes y crear nuevos. Puede que necesitemos ayuda porque el patrón de conducta ya esté tan impreso en nosotros que por nuestro medios no podamos cambiar. Realizar psicoterapia, que nos apliquen técnicas EMDR, por ejemplo,  puede servirnos para cambiar estos malos hábitos.

 

 

El camino empieza por reconocer que no tenemos conductas de cuidado sanas y que si no empezamos pronto más difícil nos será más adelante. Si realizamos un autocuidado positivo todo nuestro entorno se ve favorecido, cuidarnos nosotros es cuidar de los nuestros.

 

Aura Marqués
Psicóloga S. P. Clínico EMDR
Palma de Mallorca

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