En las relaciones de pareja encontramos afectividad, nos sentimos escuchados, compartimos aficiones, amigos, experiencias, complacemos nuestro deseo sexual, aprendemos a resolver problemas, a ser respetuosos y tolerantes, creamos juntos metas y objetivos compartidos y desarrollamos un buen equilibrio entre vida personal y vida en pareja. La pareja es una fuente de felicidad, pero también es un cajón lleno de complicaciones, luchas de poder, desilusiones, dolor…
¿Cuando empezamos a estar tan mal? se preguntan algunas parejas, ¿cuando dejamos de mimarnos, de complacernos?, ¿por qué realizamos acciones que molestan al otro?.
Quizás cuando empezaron a venir los hijos, quizás tras aquella infidelidad, quizás por el trabajo excesivo, quizás porque los padres de algún miembro de la pareja no deja de entrometerse en la vida privada, o quizás porque se entra en un nuevo ciclo. Normalmente es uno de los dos que se da más cuenta del deterioro de la relación, lo intenta hablar y solo consigue mutismo, o evitación, portazos, la comunicación está rota, y lo único que se consigue son disputas y sacar resentimientos del pasado.
Mi papel como terapeuta de pareja está en acompañar, explorar, entender esa fase de crisis. Cuando la relación empieza a deteriorarse y se piensa seriamente que no se aguanta más y no se ve salida, es el momento de plantearse la posibilidad de que un profesional pueda echar una mano. La posibilidad de la separación está presente pero si los dos quieren volver a intentarlo, quieren recuperar la confianza el uno con el otro, darse una oportunidad, asistiendo a terapia de pareja quizás les ayude a retomar la relación sana. A veces nos olvidamos que las relaciones de pareja pasan por etapas y cuando se pasa de una a la otra suelen aparecer pequeños momentos de crisis, que superados impulsan a la pareja a un mejor entendimiento y unión afectiva.
Los conflictos aparecerán pero con la terapia, la pareja aprenderá a enfrentarse a ellos y superarlos.
Entender al otro y a nosotros mimos, perdonar, soltar resentimientos, superar el victimismo es el camino. “Pasar página” (“lo que fue, fue”) y dar la bienvenida al presente para seguir creciendo y descubriendo o re-descubriendo posibilidades y potencialidades, volver a ilusionarse y crear nuevos objetivos y proyectos, Pensemos que el otro/a es nuestro espejo y un camino de aprendizaje.
Aquí os dejo algunos artículos sobre la pareja.
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