Conducir con trastornos mentales y de conducta 1ª parte

coche difusoUn aspecto limitador de la aptitud psicológica en actividades de conducción, tenencia de armas, posesión de animales peligrosos, manejo de embarcaciones, seguridad privada, manejo de gruas, pirotecnia, uso de armas de caza….
Solo destacaremos un resumen de las psicopatologías más graves que pueden afectar a la aptitud psicológica y por tanto con consecuencias para las actividades que conllevan riesgos para la seguridad.

Depresión

Todos los trastornos mentales tienen un claro efecto en las aptitudes psicofísicas. En todo caso, de entre todos los desajustes mentales, y a manera de ejemplo, merece una especial atención la depresión, por la enorme frecuencia con que aparece y la gran cantidad de personas que la padecen. Otro datos que nos puede dar un visión clara de la incidencia y gravedad de esta enfermedad es el de
que la depresión causa anualmente en el mundo más de medio millón de muertes, siendo el trastorno mental más común con el que se enfrentan los profesionales en el tratamiento de enfermedades mentales . La depresión (aunque de forma diferente según el tipo de que se trate) suele afectar a algunas actividades fisiológicas del organismo y también altera muchas dimensiones del comportamiento de los individuos, mermando la actividad mental, psicomotora y orgánica de los seres humanos, en muy diferentes áreas y actividades que realizan (conducción, caza, seguridad privada, manejo de embarcaciones, armas y grúas, etc.). Algunos de los problemas que pueden
influir son los siguientes:
✔ Inhibición psicomotriz, disminución del rendimiento, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles, falsas interpretaciones, ensimismamiento, enlentecimiento en la percepción del paso del tiempo, obsesión, paranoias, circularidad, delirios, temor, hipocondriasis, tristeza, falta de ilusión, deseos de morir, escepticismo, susceptibilidad, hipersensibilidad, pérdida de la autoestima, dificultades de concentración y atención, problemas para pensar con claridad y elaborar información adecuadamente, lentitud de evocación de la memoria, disminución de la seguridad en sí mismo,
ansiedad e irritabilidad injustificada, percepción de la realidad, alteraciones en el sueño, alteraciones en la percepción y el funcionamiento sensoriomotor, aumento de la fatiga, merma de la capacidad de decisión.
Toda esta sintomatología y alteraciones físicas o psíquicas (que muestran claramente cómo la depresión puede afectar de manera importante a la conducción o cualquier otra actividad de riesgo) no necesariamente tienen porqué estar presentes en la misma medida en todas las depresiones ni en todos los depresivos. Factores como el tipo de depresión de que se trate, el sexo, la época del año (la primavera y el otoño son especialmente propicios para la aparición de la depresión), la hora del día, los factores genéticos y ambientales, la edad del enfermo, el tipo de medicación que se toma, el estado físico general el individuo, las carencias orgánicas, etc., pueden incidir de manera directa en la gravedad de las alteraciones y efectos provocados por la depresión.

Psicosis afectivas

En la terminología psiquiátrica la psicosis es un término clasificativo y descriptivo que se refiere a una variedad específica de enfermedades y síntomas; las primeras son aquellas en las que se pone en duda la capacidad básica de la persona, y los síntomas son aquellos que parecen indicar un gran desorden de percepción y pensamiento. Las psicosis afectivas suponen una ruptura con la realidad a nivel de los afectos, de los sentimientos. Su curso se caracteriza por ser fásico, ya que tras la alteración de la vida psíquica queda restablecida la personalidad anterior. En cuanto a cómo quedan afectadas las aptitudes perceptivo-motoras podemos señalar las siguientes implicaciones:
Por un lado la falta de interés por lo que suceda puede acentuar defectos sensoriales preexistentes, con el consiguiente riesgo que esto conlleva al disminuir la capacidad perceptiva del sujeto. También es de vital importancia la falta de gusto por la vida que caracteriza estos enfermos, ya que puede suponer el deseo de morir, la tendencia al suicidio.
Otro aspecto importante que supone un riesgo en la persona con depresión es el que se deriva de su inhibición. Su aprestamiento está mermado y disminuida su atención. Por tanto se ralentiza la velocidad de respuesta y queda reducido su campo visual, lo que dificulta la realización de cualquier maniobra. Además las alteraciones en el ritmo de sueño-vigilia provoca en ocasiones la aparición de micro sueños que duran fracciones de segundo pero que pueden provocar un grave accidente.
La manía por el contrario se caracteriza por una exaltación de la vitalidad, por el querer imponer a los demás su forma de ser y de sentir, por el sentimiento de una supercapacitación. Suele tener una confianza excesiva en si mismo que puede llevarle a realizar las más peligrosas imprudencias. Otro aspecto que puede resultar un factor de riesgo son las frecuentes paratimias coléricas que presentan las personas maniacas, las cuales suponen además, en ocasiones, la aparición de peleas.

Psicosis esquizofrénicas

En este grupo de psicosis la ruptura con la realidad es más llamativa. Sus síntomas, a diferencia de lo que ocurre con las psicosis afectivas, no son solo cuantitativamente distintos a vivencias que nosotros tenemos, sino también cualitativamente. Por ello no podemos ponernos en su lugar y comprenderlos, cosa que si es posible en las psicosis afectivas. El curso se caracteriza por ser procesual, es decir, que se presenta algo nuevo a partir de lo cual queda afectada la persona en su vida psíquica de forma duradera. De tal manera que aunque el sujeto mejore quedará un defecto. Por
otra parte, lo nuclear de este síndrome es la hipotonía de la conciencia, es decir la falta de integración y organización de nuestro sistema vivencial. De esta forma es imposible la diferenciación entre lo que es del yo y lo que no es del yo, confundiéndose el mundo exterior con lo subjetivo y siendo, por tanto, imposible deslindar entre lo imaginado y lo percibido.
Para el esquizofrénico, el mundo es extraño, mágico. Sus significaciones son anormales. El aislamiento y la incapacidad de comunicarse con el mundo que le rodea son característicos de su modo de existencia. La psicopatología de la esquizofrenia es muy variada pudiéndose encontrar alterados la percepción, la memoria, el pensamiento, la inteligencia, los afectos y emociones y la conducta.
En las esquizofrenias paranoides está afectado principalmente el contenido del pensamiento. Tiene una gran riqueza sintomatológica. Este tipo de esquizofrenias pueden, en algunos casos, suponer un grave riesgo en la seguridad en general, por la frecuencia de delirios de significación y de referencia que presentan.

Cuadros límites

Dentro de los trastornos mentales que pueden afectar gravemente a la seguridad se encuentran aquellas que suponen una pérdida prácticamente total de la realidad objetiva, con un gran deterioro cognoscitivo. Entre ellos podemos mencionar:
✔ Demencia. Constituye un deterioro global adquirido del intelecto, la memoria y la personalidad, pero sin menoscabo de la consciencia. Las demencias progresivas se diagnostican con más frecuencia en las personas mayores bajo el epígrafe de demencia senil del tipo Alzheimer y demencia multi-infarto. Algo característico de la persona demente es que tenga poca idea de sus defectos, la incapacidad para enfrentarse a su entorno puede provocarle una intensa perplejidad o ser la causa inmediata de una situación descrita por Kurt Goldstein y a la que llamó “la reacción catastrófica”. El individuo de vuelve lloroso e iracundo, puede repetir movimientos estereotipados no adaptativos de un modo repetitivo o empezar a sudar y a agitarse.
✔ Amnesia. Es la pérdida de memoria, la persona no tiene ni idea de cuál es su nombre, de dónde viene o, por supuesto nada de su pasado. La forma de amnesia que se ha estudiado más extensamente es la que resulta de la lesión del sistema límbico del cerebro.
✔ Trastornos disociativos. Grupo de fenómenos que tienen en común que el individuo mantiene una línea o curso de acción., durante un largo período de tiempo, en el cual parece no haber actuado mediante su yo habitual, o, alternativamente, su yo habitual parece no tener acceso a los recuerdos más recientes que normalmente se esperaría tuviera. La psiquiatría contemporánea califica tales fenómenos como “disociaciones histéricas”, de los cuales los más conocidos son caminar dormido, los trances, las sugestiones posthipnóticas, las fugas (en las cuales el individuo vaga errante, sin saber quién es y dónde está), y la personalidad dividida, dual, o múltiple, en la que el sujeto parece
cambiar de una persona a otra, aunque si bien este último trastorno es bastante raro.

Psicopatía

Los estudios psicométricos existentes confirman las descripciones clínicas del psicópata como un individuo caracterizado por la impulsividad, la necesidad de nuevas y variadas sensaciones, la falta de empatía y el déficit en el desarrollo moral.
El psicópata se va a caracterizar por un desajuste con el sistema de su mundo. Todo ser humano tiene cierto grado de inconformidad con el sistema externo al que pertenece, lo cual es positivo para el desarrollo y la evolución cultural en la mayor parte de los casos. Sin embargo ese inconformismo puede ser patológico cuando el individuo quiere hacer infracción de las normas del sistema, como es el caso de la delincuencia o cuando el desajuste es consecuencia de una incapacidad psicológica para adaptarse al sistema, que es el caso de la psicopatía. El psicópata exige que el mundo sea el que se adapte a él.

 Conducir con trastornos mentales y de conducta 2ª parte

Alcoholismo y conducción

Aura Marqués
Psicóloga

www.psicologiaviva.com

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