Las emergencias nos provocan una perturbación psicosocial que excede en gran medida nuestra capacidad de resolución si somos afectados y es esperable un incremento de problemas asociados, incluyendo trastornos psíquicos. Hoy en día a raíz de las variadas situaciones de crisis y desastres naturales de las que somos testigos y/o participantes, se observa la importancia de la provisión de ayuda psicológica tanto a los que padecen estas catástrofes como a los profesionales intervinientes.
La atención psicológica es una herramienta esencial y preventiva en la intervención en emergencias.
Esto es de gran importancia, ya que las estadísticas indican que un tercio de las personas que sufren un incidente catastrófico crítico, tendrán reacciones de estrés agudo que pueden desembocar incluso en un trastorno de estrés postraumático, un proceso de duelo traumático u otras complicaciones clínicas.
El psicólogo por un lado y los intervinientes preparados, son por tanto, una herramienta esencial y principalmente preventiva en la intervención en emergencias y catástrofes.
Cuanto antes se interviene más probabilidades hay de evitar posibles consecuencias psicológicas. Por ejemplo: sabiendo cómo dar una mala noticia, o normalizando las reacciones que se experimentan en el momento fatídico. Son acciones que se deben de hacer con un conocimiento teórico y práctico y que ayudará a la persona más adelante a realizar el duelo.
Una intervención en crisis es «poner en acto» acciones, que puedan interrumpir la espiral descendente de una manera hábil, y con la mayor rapidez posible, de tal manera que la víctima pueda retornar a un nivel de afrontamiento lo más cercano posible, al que tenia previamente a la crisis. Restaurar la capacidad de los individuos para afrontar y resolver situaciones estresantes, al igual que proporcionar asistencia a las personas para reorganizar e integrar sus nuevos mundos.
La intervención o manejo de la crisis es un intento de tratar rápidamente un problema inmediato, porque a menudo exige proporcionar a las personas afectadas lo que ellas no pueden proporcionarse. Esto incluye un sostén físico o emocional e incluso dirección, en un momento de la vida cuando la autoayuda o autodirección es imposible.
No es lo mismo «intervención en crisis» que «psicoterapia» . La intervención es un acto inmediato para ayudar a la persona a normalizar su vida lo antes posible.
La planificación de una intervención asistencial se debe marcar unos objetivos a corto, medio y largo plazo, estos últimos asimilables por otros equipos asistenciales.
A corto plazo: próximo en el tiempo y lugar al acontecimiento catastrófico, se pretende aliviar el sufrimiento de sujeto y acelerar el proceso natural de recuperación tras e impacto doloroso de un evento traumático.
A medio plazo: el interés primordial se centra en la prevención de secuelas psíquicas retardadas y de la evolución hacia un trastorno de estrés postraumático.
En síntesis, la intervención psicológica en las catástrofes está orientada a mitigar o aliviar el sufrimiento psicológico de los afectados y a prevenir el agravamiento de los síntomas, desarrollando acciones que eviten su cronificación.
Aura Marqués.
Psicologa General Sanitaria, terapeuta Emocional.
Experta en Psicología de Emergencias y Catástrofes.
Palma de Mallorca.