El Día de Todos los Santos, sanando heridas.

 

Las floristerías se llena de ramos de colores, de coronas con mensajes, preparándose para la celebración del 1 de noviembre. Y por las calles se ven personas con esos ramos en las manos dirigiéndose al cementerio.

En los cementerios se limpian, reparan las tumbas y nichos, se decoran con distintos objetos. En los alrededores se preparan las calles para el paso de una multitud de personas que asistirán ese día y los siguientes a recordar a sus fallecidos.

Son unos días de reencuentro con el pasado, y con la familia. en algunas culturas está el Día de los Santos,  (1 de Noviembre) y el Día de los Difuntos. (Día 2 de Noviembre).

¿Qué beneficios tiene el dedicar «Un Día al Año a los Muertos»?

El disponer de un día oficial para recordar a los muertos trae algunos beneficios psicológicos:

  1. Nos recuerda la realidad, trae el recuerdo de las pérdidas.
  2. Es un día que se permite expresar emociones de duelo, dolor y tristeza.
  3. Ver de nuevo que el fallecido no está presente, es un recuerdo.
  4. Saber que estamos en otra etapa distinta a la que estábamos cuando estaban vivos.
  5. Comprobar al ser un ritual colectivo, que otras personas están pasando por lo mismo que nosotros, todos tenemos pérdidas.
  6. Quizás nos ayude a darnos cuenta si hemos eliminado la «sombra del Duelo».
  7. Separa lo que es la vida de la muerte. Tomar conciencia de los que quedamos, nos conecta con la vida, y los que se fueron, y no volverán.
  8. Nos da confianza en que cuando fallezcamos no seremos olvidados para siempre. 
  9. Nos puede dar seguridad y dirección a nuestra vida.

 

Es un día para mirar a la muerte cara a cara, y tiene importante carácter sanador. Algunos rituales nos ayudan a mejorar nuestra salud mental. Es un día para dolerse. recogernos en nosotros mismo y mirar hacia dentro, sabiendo que tiene una finalidad y un fin. Una forma de sentir dolor con límites claros. Mañana la vida continuará para nosotros.
Vivimos de espalda a la muerte, parece que esta no existe, llenamos la vida de obligaciones, y la vaciamos de encuentros y afectos. Cuando alguien tiene una pérdida, necesita un tiempo para realizar un duelo, eso no significa olvidar para siempre, por eso este día sirve para reconfortarnos, unirnos familiarmente y tener ese sentimiento de proximidad con las personas amadas y que ya no están. Este día nos recuerda que también moriremos.

Esta celebración también le da un espacio a los muertos, quizás en nuestras vidas desaparecieron, después de los años,  los espacios compartidos con ellos, y ese día estamos volcados en darles otra vez un sitio en la familia, recordando sus vidas. Se sabe que aquellos que ritualizan su experiencia experimentan menor sufrimiento por las pérdidas. Podemos volver a mostrarles el afecto que le teníamos cuando estaban vivos, 

Ir al cementerio es un reencuentro con personas allegadas que puede que haga tiempo que no vemos.

El Día de los Difuntos en algunas culturas se usa para pedir favores a las almas de los difuntos, se preparan hogueras, comida para ellos y ofrendas.

A veces escucho historias y me pregunto por que estas historias, se tienen que perderse en el olvido tras los años y las generaciones. El Día de todos los Santos podría ser una oportunidad para recoger esos recuerdos antiguos sobre la vida de nuestros antepasados, algunas de las cosas que ocurrieron pueden que todavía estén influyendo o tengan alguna consecuencia en nosotros. Nos puede dar entendimiento de como somos y como son nuestros padres, abuelos, y resto de familia.
Y trasmitir el recuerdo a los niños, conocer la historia ayuda a evitar cometer los mismos errores, dicen.

Aura Marques.
Psicóloga y Terapeuta Emocional.
Palma de Mallorca.

2 comentarios en “El Día de Todos los Santos, sanando heridas.

  1. Hola, es mi primer post aquí. La verdad es que he leído algunas publicaciones en fn y alguna del blog y me gusta como escribes. Muy estructurada, sensata y con mucho contenido que da que reflexionar.
    Para este tema, del día de todos los Santos, tengo que decir que yo nunca suelo ir al cementerio. Y para las personas que van, estoy completamente de acuerdo en todo lo que explicas. Muy bien descrito y definido. Y es que a veces pienso si debería ir a recordar a alguien pero al final no lo hago. La verdad es que me crea muy mal rollo en mi caso y me siento muy mal después. Se que es «sanador» de heridas y que podría beneficiarme en ese sentido. Sin embargo.. Yo medito paseando por las calles o reparando una cafetera.
    De todos modos, gracias por el post!!

    1. Hola Luís. Gracias por tu comentario.
      No todas las personas necesitamos que nos den un día para recordar a nuestro antepasados.
      En tu caso me pareces una persona reflexiva, y sabes protegerte, por lo que dices que te da mal rollo.
      Un saludo afectuoso.

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