El primer aspecto importante a señalar es que ni existe un perfil específico de maltratador ni existe una patología específica que los identifique. No obstante, a pesar de estas premisa, sí presentan múltiples alteraciones psicológicas que los convierte en candidatos para recibir tratamiento.
No todos los agresores presentan todas las características y una misma característica puede ser el factor más importante en un caso y, en otro, ser menos relevante, por ello, desde el punto de vista de la intervención profesional es importante evitar las generalizaciones que pueden desembocar en diagnósticos sesgados.
Características generales
A continuación, se presentan algunas de las características más comunes de los hombres agresores clasificadas en función de aspectos relacionados con su comportamiento, su pensamiento y sus emociones.
Comportamiento
- Deseabilidad social. El hombre presenta una doble fachada mostrando en su entorno social una imagen de sí mismo positiva y socialmente adaptada, paradójicamente, dentro del entorno familiar muestra una cara violenta, agresiva, dominante e intolerante.
- Control de impulsos. Algunos agresores presentan un déficit en el control de impulsos.
- Repetición de la violencia con otras parejas.
- Abuso de sustancias. Es habitual que los hombres participan en los tratamientos presenten problemas de consumo abusivo de alcohol
Pensamiento/ Cognición
- Distorsiones cognitivas sobre la mujer, las relaciones de pareja y el uso de la violencia. En sus creencias y pensamientos se detectan numerosos sesgos cognitivos, sobre los roles sexuales, la inferioridad de la mujer o ideas distorsionadas que legitiman la violencia como forma válida de resolver los conflictos.
- Rigidez cognitiva. En relación a cómo perciben los conflictos, los pensamientos que manejan los agresores son extremos. Sólo hay dos posibilidades ganar o perder .
- Mecanismos de defensa en relación al comportamiento violento. Los agresores presentan diferentes grados de reconocimiento de su comportamiento violento. En algunos casos se niega totalmente el haber ejercido violencia, en otros, se minimiza la gravedad y las consecuencias. Además, presentan todo tipo de justificaciones y estrategias para eludir y externalizar la responsabilidad de su comportamiento.
- Rumiación del pensamiento. Este tipo de pensamientos son típicos cuando aparecen emociones de enfado o de celos. Pensamientos negativos y distorsionados circulares que van produciendo una acumulación de emociones negativas.
Emociones
- Baja autoestima. Baja valoración de sí mismos.
- Restricción emocional y racionalización de los sentimientos. Estos hombres presentan grandes dificultades en la identificación y expresión de sus emociones.
- Baja empatía. Estos hombres, presentan grandes dificultades para comprender y entender lo que el otro siente o piensa. La persona sólo observa su punto de vista sin ponerse en el lugar del otro.
- Dependencia, Inseguridad y celos.
- Baja tolerancia a la frustración/ira.
Aspectos interaccionales
- Aislamiento social. La dificultad de establecer relaciones de intimidad o contacto afectivo suele ser un elemento frecuente en las relaciones interpersonales de estos hombres.
- Conductas controladoras y manipuladoras. El agresor busca manipular y dominar a su víctima. Cuando siente que pierde el control aparecen los comportamientos violentos de carácter psicológico o físicos para tratar de mantener la situación de dominio y de ontrol.
- Déficit de habilidades de comunicación, asertividad, y de solución de problemas.
- Inhabilidad para resolver conflictos de forma no violenta en el hogar y evitación negación de los conflictos extrafafamiliares. Ante los conflictos mantienen dos actitudes extremas: o se callan y evitan resolverlos o agreden para imponer su criterio.No todos los agresores presentan una “doble fachada”.En aquellos casos que la persona es muy impulsiva y presenta comportamientos de violencia generaliza (no sólo con la pareja) no se dará esta última característica. Este tipo de agresores reaccionan de manera impulsiva y agresiva ante cualquier conflicto con cualquier persona y no los evitan. Esto quiere decir que se comportan de manera violenta en todos los entornos (familiar, social, laboral) y utilizan la violencia como respuesta habitual ante de conflictos que se le presentan.Características psicopatológicasLos agresores no presentan habitualmente enfermedades mentales siendo plenamente conscientes de sus actos. A pesar de ello, pueden presentar en algunos casos consumo abusivo de alcohol, otras adicciones y rasgos o trastornos de personalidad. Los rasgos y trastornos de personalidad que aparecen más habitualmente son:
- La psicopatía o trastorno antisocial de la personalidad. Se caracteriza por la manipulación, falta de empatía en las relaciones interpersonales y la ausencia de remordimiento ante el dolor causado y genera la aparición de conductas violentas y crueles. Si el agresor es un psicópata, tendrá tendencia a plantear exigencias irracionales, a no sentir apego hacia hacia los hijos, abusara del alcohol o de las drogas, sin amigos y su comportamiento se orientará siempre a su propio beneficio, manipulando y utilizando a los demás.
- El trastorno borderline. En el que es frecuente la impulsividad, la inestabilidad emocional y un sentimiento de vacío.
- El trastorno paranoide. En el que están presentes la desconfianza y los celos de manera constante lo que va a provocar también permanentes incidentes con la pareja.
- El trastorno narcisista. En el que la persona está sujeta a una estimación permanente. Este trastorno comparte algunas características con el trastorno antisocial como la manipulación pero en este caso dominan la prepotencia y el sentimiento de grandeza.
En resumen, es posible identificar cuatro dimensiones de personalidad implicadas en este tipo de comportamientos violentos: la impulsividad, la falta de regulación emocional, el narcisismo y
las amenazas al yo y, por último, el estilo de personalidad paranoide.
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Aura Marqués
Psicóloga y terapeuta en Palma de Mallorca
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