Comentamos en el anterior artículo que son y que tipos hay de luchas de poder, ahora me voy a centrar en cómo salir de ellas.

Superando las Luchas de Poder en la Pareja: Claves para una Relación Equilibrada

Que el poder en una pareja se reparta de manera fluctuante, es decir, que en algunos momentos uno asuma un mayor control y en otros lo haga el otro, puede ser adecuado siempre y cuando ambos sientan que es una dinámica equilibrada. Esto implica que, en ocasiones, uno de los dos puede «ceder» o permitir que el otro tenga la razón en una discusión, sin que eso se perciba como una derrota constante. En lugar de generar la sensación de que «siempre es lo mismo», se trata de una relación dinámica en la que uno tiene la oportunidad de liderar en ciertos momentos, y el otro en otros.

El problema surge cuando esta alternancia se convierte en un patrón repetitivo que genera un desequilibrio. Si uno de los dos empieza a asumir un control desmedido o se genera una dinámica de poder tóxica, la relación corre el riesgo de volverse emocionalmente insana y destructiva.

Las luchas de poder en una relación de pareja pueden ser un desafío emocional y afectivo, pero hay varias estrategias y enfoques que pueden ayudar a manejar y superar este tipo de dinámicas:

1. Comunicación abierta y honesta

• La comunicación es clave para resolver cualquier conflicto. Ambos miembros de la pareja deben poder expresar sus pensamientos, emociones y preocupaciones sin temor al juicio o la reprobación. Escuchar activamente al otro y tratar de comprender sus necesidades puede reducir la sensación de «lucha» y fomentar la empatía mutua.

2. Fomentar el respeto mutuo

• Las luchas de poder a menudo surgen cuando una de las partes se siente desvalorizada o no escuchada. Es importante que ambos se respeten como individuos con opiniones, deseos y sentimientos válidos. Esto significa evitar descalificaciones, insultos o manipulación emocional.

3. Reflexionar sobre los propios patrones

• Cada persona debe examinar cómo sus propios comportamientos pueden contribuir a la dinámica de poder. Por ejemplo, ¿están actuando desde el miedo al abandono? ¿Están tratando de controlar la situación debido a inseguridades? La autocomprensión puede ser un paso fundamental para cambiar los patrones de comportamiento que alimentan la lucha de poder.

4. Establecer límites claros

• Definir lo que es aceptable y lo que no lo es dentro de la relación puede ayudar a evitar situaciones de abuso emocional o manipulación. Ambos deben sentirse cómodos expresando sus límites y asegurándose de que sean respetados por la otra persona.

5. Promover la equidad

• Una relación saludable se basa en la igualdad y la compromiso mutuo. Ambos deben compartir responsabilidades, decisiones y poder. Esto puede implicar la distribución equitativa de tareas domésticas, el manejo de las finanzas, y tomar decisiones en conjunto sobre cuestiones importantes.

6. Aceptar las diferencias

• En una relación de pareja, es normal que surjan desacuerdos. Las diferencias en valores, opciones de vida o expectativas pueden desencadenar luchas de poder. Aceptar que no siempre estarán de acuerdo en todo puede ayudar a reducir la necesidad de «ganar» en cada discusión.

7. Buscar terapia de pareja

• Un terapeuta de pareja puede ayudar a ambos a identificar las dinámicas de poder subyacentes y proporcionar herramientas efectivas para cambiar patrones destructivos. La terapia también puede ser útil para aprender a comunicarse de manera más efectiva y entender mejor las necesidades emocionales de cada uno.

8. Desarrollar habilidades para resolver conflictos

• La capacidad para resolver conflictos de manera constructiva es esencial. En lugar de ver un desacuerdo como una «batalla» que debe ganarse, es más útil ver los conflictos como oportunidades para comprometerse y encontrar soluciones que beneficien a ambos.

9. Fomentar la independencia emocional

• Las luchas de poder pueden intensificarse cuando uno o ambos miembros de la pareja dependen excesivamente el uno del otro para su bienestar emocional. Fomentar una saludable independencia emocional, en la que cada uno mantenga su identidad y autonomía, puede reducir la presión de la relación y evitar las luchas por el control.

10. Trabajar en la autoestima

• A menudo, las luchas de poder surgen de inseguridades personales. Trabajar en la autoestima y en sentirte valioso como individuo puede reducir el deseo de competir o controlar a la otra persona. La autoconfianza ayuda a manejar los conflictos de manera más equilibrada.

11. Buscar apoyo externo

• A veces, hablar con un amigo de confianza o un consejero puede ofrecer una nueva perspectiva sobre la relación y proporcionar apoyo emocional. Esto también puede ayudar a salir del ciclo de lucha de poder, ya que permite ver las cosas desde fuera y con menos emoción involucrada.

12. Cuidado personal y espacio para la reflexión

• Asegúrate de dedicar tiempo para el autocuidado y reflexionar sobre lo que realmente quieres y necesitas de la relación. A veces, las luchas de poder surgen cuando ambos se sienten agotados o sobrecargados emocionalmente. Tener tiempo para ti mismo puede ayudar a poner las cosas en perspectiva.

Es importante recordar que las relaciones de pareja son un trabajo constante. Si bien las luchas de poder son comunes, cuando ambas partes están dispuestas a comprometerse y hacer un esfuerzo consciente por mejorar la relación, es posible superar estos conflictos de manera saludable.

Aura Marqués
Psicóloga experta en
Terapia de Pareja y Terapia Sexual