Nuestra capacidad emocional tiene un límite, como nuestra percepción, nuestra memoria, nuestra fuerza física, motivación, incluso nuestro autocontrol, en definitiva nuestra energía es limitada.
Os pongo una experiencia que tuve:
Estaba haciendo un curso y no pude asistir el primer día.
Para ponerme al día, en cuanto llegue al centro me acerque a una compañera del curso a preguntarle que habían hecho el día anterior, no me era persona grata, pero me dije que eso son cosas mías y mejor dejarlo de lado e intentar conocerla.
Tuve por respuesta una mueca y un gruñido, por lo que me quede doblemente afectada, por un lado mi ego se quedo pinchado «me he acercado amablemente, he sido amable con ella, y me ha despreciado» y por otra parte me sentí idiota, «la intuición te avisaba, me dije a mi misma, y no te has escuchado», así que con un talante triste salí del aula y fui a hablar con el terapeuta.
Le conté lo sucedido, quizás creyendo que me consolaría, daria la razón de mi enfado y apoyaría, sin embargo el me dijo » Mira a quien te acercas» «Si elijes mal, te pueden pasar estas cosas»,
Una lección importante, salí un poco vapuleada de nuevo, aunque mi maestro tenia razón , me acerque a quien no debía, y interiormente lo sabía.
Es muy importante que entendamos y aceptemos nuestras limitaciones como seres humanos. Nuestro cuerpo, mente y emociones son sistemas increíblemente capaces de lograr cosas impresionantes y al mismo tiempo estamos sumamente limitados.
¿Cómo retener nuestra energía y no perderla en situaciones que nos la roban y generan cansancio? Eligiendo que hacemos y a quien nos acercamos. Y en situaciones donde no hay escape, ser consciente de nuestro estado emocional, lo que más cansa es retener la emoción para que no ocurra, quererla controlar, que no se note, que no se exprese. O querer cambiar al otro, que deje de ser así, transformarlo en lo que nos gustaría para que dejara de chuparnos la energía. Sin embargo esa no es nuestra función, nosotros no somos responsables de la otra persona, entender que la responsabilidad es de la persona desagastadora, y ella elije cómo quiere ser, y atenerse a sus consecuencias. Ya tenemos bastante con retener nuestra energía como para querer también controlar que hace o dice el otro. Si nos ponemos a pensar qué hacer, como cambiar al otro, perdemos la oportunidad de estar enteros, y fragmentarnos.
E igual que las olas van y vienen van regando nuestra orilla emocional con la rabia, el enfado, hacia nosotros mismos, tal vez, por estar ahí, o hacia la situación, también se retirarán si las dejamos fluir. Si estamos presentes en nuestro cuerpo, la aceptación del enfado hará que la ola se retire y no habremos perdido nuestra energía.
Una buena oportunidad que podemos aprovechar en nuestro beneficio. Retomar que nos pasa con esa persona, que tiene que nos pone tan rabiosos y nos desgasta y descubrir en ella que parte de nosotros tenemos alienada y no nos aceptamos. Ella nos muestra aspectos nuestros que queremos desterrar.
A veces no tenemos más remedio que trabajar o estar con personas que nos restan, nos debilitan y gastan, personas destructivas, tóxicas, y nos ponen de mal humor. Por eso cuando podemos elegir estemos con personas que sumen, que nos den energía, nos escuchen, sean compatibles, nos animen para seguir adelante, nos acompañen sin exigencias ni presiones, no nos demanden hacer y hacer, donde podamos ser sinceros y nosotros mismos.
Las personas que restan se detéctalas cuando tienen:
quejas continuas, siempre de mal humor, todo lo ven negativo, nadie hace nada bien, ellas lo saben todo, tu no sabes nada, no sirves, eres inferior a ellas, sufren por toda la humanidad, nadie las entiende.
Continuamente dicen:
si no fuera por mi…, te lo he dado todo, nadie me ayuda, ¿qué aportas tu? nada, he hecho tanto por ti, eres poco agradecido, solo funcionan las cosas cuando estoy yo, no sabes hacer nada sin mi, siempre te tengo que solucionar tus asuntos, etc…
Al fin y al cabo lo que hacen con estos comentarios las personas que desgastan es hablar de si mismas, están diciendo lo que ellas son o se siente, hablan de su necesidad de controlar a los demás.
También puedes detectarlas cuando ves que te empiezas a sentir cansado, que empiezas a estar de mal humor sin saber por qué.
Al estar con personas que desgastan sé consciente de que pasar tiempo con ellas tiene un precio muy alto, psicologicamente hablando, porque tendrás que estar a la defensiva todo el tiempo.
Cuando estén rayando tus oídos con comentarios negativos, aléjate emocionalmente, por ejemplo prueba a alejar la voz, escucharla como si estuviera lejos y la oyeras flojito, flojito. O ponle una nariz roja de payaso al desgastador y observa que pasa, esto bajara la tensión del momento y quizás te ayude a no perderte.
Lo mejor es que dejes claro desde el principio qué esperas de esa relación y qué puedes dar a cambio. No permitas que rebasen tus límites y te contagien su negatividad manipulando tus emociones. Y si lo hacen, si te atrapan en su tela de araña, es que tienes un trabajo por delante que realizar contigo mismo.
Aura Marqués
Psicología y gestalt
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