Hay personas que buscan manipular a las personas que le rodean en beneficio propio. Y hay personas que buscan ser controladas, que decidan por ellas, y desean que sea otra persona quien se responsabilice por ellas. Se definen diferentes estilos de relación para clasificar de alguna manera las tendencias en las relaciones interpersonales. Aquí plantearemos unos prototipos. Algunos estilos de relación son más saludables que otros.
Vamos a ver los siguientes estilos de relación:
– Estilo agresivo.
– Estilo manipulador.
– Estilo pasivo.
– Estilo asertivo.
Para hacer esa clasificación se tiene en cuenta:
– Si defiende los intereses propios.
– Si muestra los sentimientos y pensamientos de forma clara.
– Si respeta los derechos de los demás.
– Si acepta los sentimientos y pensamientos de los demás.
– Si manifiesta la discrepancia.
– Si pide explicaciones al no entender.
– Si sabe decir que no.
1- En un lado están los que saben mostrar disconformidad y saben decir que no.
Son el estilo agresivo y asertivo.
- La diferencia consiste en que antes de decir que no, el asertivo explica su opinión, oye la opinión de los otros, pide aclaraciones y discute. Toma en cuenta la opinión y sentimientos de los demás y los respeta.
- El agresivo no explica bien su opinión, no toma en cuenta la opinión de los demás (a menudo ni oye), amenaza, asusta, acusa, apremia y agrede. No toma en cuenta ni respeta las ideas y sentimientos de los demás. A menudo toma decisiones sin consultar. Tanto unos como otros manifiestan con claridad sus preferencias.
2- En otro grupo están los que no saben decir que no, y no saben manifestar disconformidad, los que no saben manifestar sus pensamientos, sentimientos y prioridades con claridad.
Son el pasivo y el manipulador.
- El pasivo aparentemente acepta la opinión de los demás. En la comunicación tiende a devaluarse, y utiliza a menudo expresiones de sumisión y autoculpabilización. A pesar de no estar de acuerdo, muestra conformidad con tal de no enfrentarse. Acumula hostilidad y rencor que lo descarga de forma desproporcionada en lugares y momentos inadecuados.
- La característica del manipulador es la ambigüedad. No sabe decir que no y no muestra su disconformidad (por lo menos de forma clara). Por conseguir lo que se propone disfraza los auténticos sentimientos y pensamientos. Divaga antes de entrar en materia. Utiliza la adulación y las alabanzas para dominar al contrario. Se contradice sin parar. Habla mucho y a menudo, confunde a los demás y los lleva por donde quiere. Es un falso escuchador, puesto que hace como que escucha, pero no para de interrumpir a los demás, dificultando su participación.
El más adecuado es el estilo asertivo. Es capaz de enfrentarse con éxito a cualquier estilo de relación.
La persona asertiva es auténtica pues manifiesta lo que piensa y lo que siente. Respeta ideas y sentimientos de los demás sabe escuchar, y le resultará más fácil empatizar y aceptar incondicionalmente a los demás. Puesto que explica su punto de vista, y muestra claramente sus preferencias, comunica de forma eficaz.
Tener en cuenta que uno no es así porque si, sino que somos como somos por lo que nos ha ocurrido anteriormente, y lo que hemos aprendido durante ese camino. La buena noticia es que se puede cambiar, y si «nos damos cuenta» del tipo de estilo que tenemos y «nos damos cuenta» que no es el que más nos ayuda a nosotros y a nuestro entorno, con práctica y trabajo personal conseguiremos readaptarlo.
No dudéis en hacerme cualquier consulta, estaré encantada de responderos.
Aura Marqués
Psicóloga y Terapeuta emocional