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Hablamos de la negligencia como una falta de cuidado, de atención en le cumplimiento de una obligación, puede ser involuntario, un descuido que puede ser peligroso para uno mismo y para terceros. La negligencia no siempre es aparente y puede provocar daños psicológicos y heridas emocionales. Negligentes son las personas que sabiendo de un mal trato no hacen nada por evitarlo, por ejemplo, en el mismo circulo familiar. Esto acarrea serias consecuencias en las víctimas.
La negligencia es consiste en el fracaso repetido, por parte de los cuidadores principales del niño, de proporcionarle las necesidades básicas físicas, emocionales y afectivas, alimentación, vestido, atención médica, educación, seguridad y/o afecto. La negligencia emocional es un fracaso para notar, atender o responder apropiadamente a los sentimientos de un niño. La negligencia es una «omisión».
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Sabemos que la regulación emocional no es una proceso que se desarrolle automáticamente, su desarrollo comienza en las primeras etapas de la infancia a través de la relación entre el cuidador y el niño. Si hay una relación sana y segura, los adultos sintonizan con los niños, y estos aprenden a través de sus cuidadores a modular sus emociones.
Si hemos tenido un apego seguro en la infancia tendremos la sensación de seguridad y conexión con nosotros mismos y con los demás. Pero si esto no se ha dado, no ha habido sintoniza ni regulación, y hemos sido ignorados por los cuidadores, como si fuéramos invisibles, las consecuencias para la salud mental pueden ser terribles. La falta de sintonía conduce a la negligencia, un abandono afectivo, aunque la intención no sea hacer daño. Unos cuidadores, abrumados, padres no disponibles, por sus propios conflictos y dificultades, puede que no sean capaces de ver las necesidades del niño, y diferenciarlas de las suyas. Uno de los efectos que se crea en los niños es la sensación o necesidad de «ser invisible».
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Se pueden dar dos situaciones:
- Que los niños deseen ser invisibles para los demás, no tener necesidades para no cargar más a la familia o porque aunque las tenga no me las van a cubrir porque no les hacen ningún caso. Esto se puede dar por sobrecarga laboral de los padres, porque están pasando un mal momento en la familia, por incapacidad de los cuidadores, porque estén enfermos, o porque no vean a los niños, sean incapaces de dar afecto.
. - Que los niños traten de ser invisibles para protegerse, por diferentes motivos, por ejemplo para no recibir palizas, gritos, o si son abusados y no hay nadie que los defienda o crea. Cuanto más invisible, mayores serán las posibilidades de evitar el peligro y sobrevivir.
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Tanto un caso como el otro tienen severos efectos en el futuro cuando llegan a ser adultos.
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¿Qué pueden desarrollar las personas que han sufrido negligencia en la etapa infantil?
- Problemas de autoregulación. Los niños aprenden a desactivar las respuestas innatas y no desarrollan habilidades básicas co-regulación, regulacion emocional, mentalización, y un correcto autocuidado.
. - Problemas para pedir ayuda: «si me ven corro peligro», es el caso de los niños que intentan no ser vistos y pasar desapercibidos para evitar el maltrato, para poder sobrevivir. En estos casos los niños aprende que tener necesidades y expresarlas es peligroso.
. - Problemas para conectar consigo mismo, y tampoco conectan con los demás. Se dicen «no necesito nada ni a nadie», necesitar es ser vulnerable, débil, eliminar las emociones es una posibilidad.
. - Problemas con el autocuidado. Llegan a la conclusión de que las necesidades propias no son importantes. Cuando hay abuso emocional y negligencia grave los niños aprenden a ignorar sus propias emociones y necesidades básicas, estas no son importantes, deben ser ignoradas y guardadas muy adentro. En le futuro pueden parecer personas normales pero rotos por dentro.
. - Problemas con los límites. Tanta ha sido la invisibilidad o el sentirse ignorado que cuando alguien les hace caso pueden tolerar cualquier cosa con tal de ser visto y reconocido. Pueden relacionarse con personas abusivas que no las traten bien, pero como no saben lo que es bueno para ellos mantienen estas relaciones, incluso idealizando al maltratador, sienten que alguien les hace caso, y no perciben que no es afecto.
. - Problemas de identidad. Puede ocurrir que un día uno de estos niños desarrolle un trastorno y esto haga que la familia le haga caso, respondan con interés y afecto por primera vez, el síntoma suele tener ese poder, esto enseña a conseguir atención por medio de la enfermedad.
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Pueden llegar a ser adultos que tienen problemas para identificar y confiar en las emociones, baja autoestima, que se desvalorizan y pueden tener relaciones de maltrato ya sea de amigos o de parejas.
Artículo recomendado:Los efectos de sentirse invisible,entendiendo la conexión con las rupturas de apego tempranas y la negligencia deDolores Mosquera
Aura Marqués
Psicóloga
Terapeuta Gestalt y EMDR