Este modelo propone que la regulación emocional puede estudiarse en función del lugar o momento en el que la estrategia de regulación se produce dentro del proceso de generación de la emoción (Gross, 1999).
El proceso de generación emocional, según este autor, se puede dividir en varias fases:
Situación > Atención > Interpretación > Respuesta.
Para cada una de las fases se puede establecer un grupo de estrategias de regulación emocional.
Y de forma general, las estrategias de regulación emocional se pueden dividir en dos grandes grupos:
- La regulación centrada en los antecedentes de la emoción,
- La regulación centrada en la respuesta emocional.
Seleccionando la situación.
En primer lugar, cada persona podemos modular el hecho de exponernos a ciertas situaciones y no a otras. Las situaciones vividas que han generado emociones negativas nos permite un aprendizaje que puede hacer que evitemos activar las emociones no deseadas antes de entrar en dicha situación.
En la otra dirección, seleccionamos las situaciones que nos generan experiencias positivas lo que se ha denominado teoría de «selectividad socioemocional».
Modificando la situación.
Una vez dentro de una situación, podemos intentar cambiar algunos elementos de dicha situación en una dirección u en otra, ya sea por acción u omisión.
Modulamos la atención.
Cualquier situación contiene numerosos componentes, aspectos, detalles… etc. Quizás no podemos modificar la conducta cuando la situación ya se ha producido, pero podemos dirigir la atención a unos elementos y no a otras de dicha situación también llamado «cambio de foco atencional», lo podemos hacer externamente o internamente.
Haciendo un cambio cognitivo.
La interpretación de la situación es muchas veces un mecanismo clave que explica la reacción emocional subsiguiente.
Las interpretaciones o «reevaluaciones cognitiva» tiene muchas veces un margen significativo de cambio y ayuda a modular la respuesta emocional. Es una estrategia muy util y tiene muchos beneficios a nivel psicológico.
Regulando la respuesta emocional.
Por último, se puede actuar sobre la emoción activada. Así, se puede intentar influir sobre la experiencia emocional, la expresión/manifestación conductual o la activación fisiológica.
La supresión de la expresión emocional y la supresión de la experiencia emocional son dos estrategias con claras consecuencias negativas, presente en algunas adicciones.
Regulación basada en antecedentes vs. consecuentes
El modelo hace esta distinción entre estrategias de regulación centradas en algún componente previo a la generación emocional (antecedentes), o en componentes posteriores a la generación (consecuentes).
Esto a veces genera confusión ya que normalmente activamos las estrategias de regulación emocional una vez que se ha activado la emoción, entonces podríamos decir que todas las acciones son posteriores a la emoción.
Gross (1999) argumenta que la regulación basada en las etapas previas a la activación de la emoción siempre será más ventajosa que usar una estrategia que actúa sobre un punto posterior, una vez la emoción ya está activada. Y pone el ejemplo de la supresión de la expresión que genera múltiples consecuencias negativas, en
comparación con la reevaluación cognitiva.
Limitaciones del modelo
La primera limitación es que quizá uno de los aspectos más importantes en el proceso de regulación emocional -la aceptación emocional- queda enmascarado en el proceso que plantea Gross.
La aceptación emocional como estrategia de regulación ha sido evaluada en múltiples ocasiones presentando unos resultados muy positivos
El éxito de intervenciones basadas en mindfulness también corrobora su importancia, que trata en muchos casos de consolidar la aceptación hacia las emociones como un mecanismo de regulación emocional
En segundo lugar, aunque el modelo no descarta que en cada punto del proceso se pueden usar estrategias adaptativas o desadaptativas, lo cierto es que desde el punto de vista clínico, el énfasis en la regulación emocional basada en los antecedentes (i.e., selección de situación, cambio de situación, modulación de la atención y cambio de significado) puede fomentar respuestas desadaptativas. Salvo el cambio de significado, el resto de mecanismos pueden estar implícitamente promoviendo estrategias de evitación.
Por ejemplo, si hacer una determinada actividad de trabajo activa emociones negativas, y la persona desea regularlas podría evitar hacer la actividad usando la “selección de situación” y posponerla.
O podría no evitar la situación pero modular la atención y evitar atender a su experiencia emocional negativa. Pero la investigación ha demostrado ampliamente los enormes problemas que genera tanto la evitación de actividades como la evitación de emociones, sobre todo cuando se produce de forma crónica.
Lo cierto es que el cambio de significado, y dentro de ésta, la reevaluación cognitiva no parece tener efectos secundarios negativos.
Pero a la vez parece que se asume que todas las situaciones tienen margen para una reevaluación que permita regular las emociones negativas cuando evidentemente eso no es así.
Pongamos por caso la experiencia de un duelo, que es una experiencia universal asociada a emociones negativas persistentes.
Dentro de un proceso de duelo, que es evidentemente un proceso amplio que se explica habitualmente en términos de coping o afrontamiento, puede haber situaciones específicas de malestar que requieren de estrategias de regulación.
Para situaciones como ésta, el modelo no plantea una solución clara, ya que, si la persona hace un análisis correcto de la situación, puede no encontrar dentro de las estrategias centradas en antecedentes ninguna opción que le sea de utilidad.
El cambio de significado puede estar agotado como estrategia, y sólo quedarían estrategias basadas en cambio de situación, modulación de la atención, etc. que llevarían a la persona a la evitación de su experiencia emocional negativa. Y en la regulación centrada en la respuesta parece que no tiene más opción que modular la respuesta lo cual es muy limitado.
En resumen, este modelo ofrece un marco general que ha sido útil para empezar a investigar y a comprender mejor el fenómeno de la regulación emocional, pero no distingue ni aclara qué opciones de regulación podrían llegar a ser desadaptativas.
Además, no explica ni la importancia de la aceptación como estrategia, o como actitud, ni tampoco profundiza en las estrategias centradas en los consecuentes, que quedan reducidas a la modulación de la respuesta.
Aura Marqués
Psicóloga. Terapeuta EMDR
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