Conociendo la vergüenza

 

 

La Vergüenza es una emoción adquirida y casi todos la sentimos por una causa o por otra. Y cómo venimos hablando sobre las emociones tiene una función positiva, pero puede transformarse en enfermiza si no la tenemos regulada.

«No me quieren por lo que soy sino que me quieren por lo que hago»

Vergüenza y aceptación

La vergüenza es una fobia, pero a diferencia de otros miedos que puede estar relacionados con múltiples situaciones u objetos, esta se refiere siempre a al miedo a ser rechazado o no ser aceptado por otras personas, es una emoción que produce sensaciones muy desagradables basadas en el miedo de poder ser rechazados o hacer algo que pudiera motivar rechazo

Puede aparecer a edades muy tempranas y se dice que esta relacionada con una sensación de incapacidad para obtener el amor o la atención del cuidador temprano, en muchas ocasiones la madre, por falta de conexión emocional, o no pasar suficiente tiempo con los padres o pasarlo de manera inadecuada

Podemos indicar por tanto que existe una relación entre la forma con que los cuidadores se comportan y la vergüenza.

 

Tipos de vergüenza

  1. Embarrassment. Vergüenza relacionada con el «sonrojo», es cuando sentimos que hemos hecho el ridículo, o que podríamos hacerlo, es molesta pero soportable.
  2. Shame. Vergüenza relacionada con el bloqueo que se siente cuando creemos que somos o que los demás nos perciben como defectuosos, es una sensación incapacitante que afecta a la persona de forma global. Puede darse por miedo a hacer o decir algo que sea ridículo, impropio, o creer que se posee alguna característica inadecuada. O también que podamos ser juzgados o criticados, por pertenecer a algún grupo, familia o etnia, que consideramos inferior.

Cuando puede darse

  • Por poseer una tributo físico defectuoso, en una parte del cuerpo o por todo y que produce rechazo de los demás. Se suele pensar que si se arregla este aspecto serán aceptados.
  • Pertenecer a un grupo que se percibe inferior al resto, una familia, un grupo étnico o religioso.
  • Hacer una acción espontanea o voluntaria que puede provocar el rechazo de los demás, hablar en publico, pintar, …
  • Poseer un secreto o haber cometido una acción o habernos ocurrido algo que nadie sabe, que si se supiera provocaría el rechazo o el ridículo frente a los demás, ejemplo un abuso sexual.
  • No poder realizar una o varias tareas que consideramos que esta dentro de las posibilidades o que debería estarlo.
  • Que alguna persona cercana haya cometido algún acto inmoral o deshonesto.
  • Sentirse un objeto, o ser consciente de haber sido utilizado.

Efectos de la vergüenza

  • Ser incompetente
  • Sensación de indefensión, miedo a ser rechazado
  • Sentirse perdedor
  • Sentirse defectuoso
  • Ser feo o deforme, creer que todo el mundo me observa, soy horrible
  • Creer que hay algo que funciona mal en la sexualidad
  • Necesidad urgente de escapar de situaciones sociales, que me trague la tierra
  • Sensación de no pertenecer a ningún sitio
  • Sensación de no merecer ser querido, desear estar solo por miedo a sufrir

Para que se de la vergüenza deben darse dos elementos: sentir la mirada del otro de manera real o imaginaria donde puede haber rechazo, o haber internalizado una mirada crítica. Y por otro lado debe de haber un «sistema de valores» o códigos morales, religiosos que determina que es lo aceptable y lo que no.

Diferencia entre vergüenza y culpa, la vergüenza provoca rabia que puede ir hacia dentro o hacia fuera y que se convierte en culpa. O sea primero aparece la vergüenza como una sensación y luego aparece la culpa como una explicación.

 

Apego y vergüenza

La relación que hay entre  la manera en que nuestros cuidadores se ocuparon de nosotros con su tipo de apego y como sentimos la vergüenza esta muy relacionada.
Personas con apegos inseguros tenderán no regular adecuadamente la vergüenza.

  • Cuidadores con apego evitativo generan sensaciones de poca valía.
    Padre que ignoran las necesidades de los niños, y estos aprenden que no son valiosos o importantes.
    Aprenden a no esperar nada de nadie, se centran en sus tareas y no cultivan las relaciones.
    Aprender a no pueden confiar en nadie ni necesitar, solo pueden valerse por ellos mismos.
    Esconden la rabia, se retraen y fingir estar bien. Intentan no sentir la vergüenza, o la ocultan.
  • Cuidadores temerosos o con apego preocupado o ansioso, sienten miedo de todo, sobreprotegen e impiden la exploración, generan baja autoestima, siente sensación de fracaso por no haber conseguido nada en la vida. Siente poca valía que pueden convertirlos en maltratadores a veces. Crean ideas de lealtad hacia los padres.
    Sienten la rabia con intensidad y pueden desarrollar dos estrategias: humillar o avergonzar al otro, y la otra manera es seguir vinculado mostrando sumisión, buscando que el otro les regula la vergüenza
  • Cuidadores con apego desorganizado, hostiles o agresivos,  solo dan críticas y ridiculación. Se sentirán inferiores y no esperaran ninguna recompensa por sus logros.  Viven con constante miedo. Se sienten defectuosos y que siempre van a fracasar.

Brújula de la vergüenza (Nathanson) habla de los 4 grandes polos o estrategias a la hora de manejar la vergüenza. Entre el miedo y la rabia, están la ansiedad y el asco, y se mueven entre esconderse de los demás y esconderse de ellos mismos.

 

La vergüenza puede manifestarse de muchas formas:

Miedo a hacer algo inapropiado o que provoque la burla o la falta de estima de los demás. Por ejemplo: hablar en público, hacer el ridículo, etc.

• Miedo a que mi cuerpo haga algo involuntario y me exponga a la risa o rechazo de los demás. Por ejemplo: desmayarme, irme de vientre, sudar de forma copiosa, tener una risa escandalosa, etc.

• Miedo a que haya algún defecto en mi cuerpo que me haga diferente a los demás y por el que me perciban defectuoso, Por ejemplo: Tener la nariz fea, estar gordo, tener manchas en la piel, tener unas piernas muy grandes, etc.

 

Trabajar la vergüenza

Hay situaciones donde sentimos vergüenza que podemos mitigarla dándonos cuenta de todo lo que rodea ese momento, por ejemplo que pensé sobre mí, que creí que los demás pensaban, que he sentido, en esta misma observación nos daremos cuenta que la intensidad baja, y nos permita enfrentarnos a ese miedo y a cuestionar la culpa.

Si es una vergüenza muy limitante y que nos sobrepasa, lo primero y más importante es conocer el origen. Y cómo la vivimos, si con rabia hacia dentro con miedo, rechazo, abandono, reprobación, juicio, destruyéndonos.  O hacia afuera agrediendo, controlar a los demás a través de la rabia.

Al estar relacionado con las figuras de apego temprano requiere de un trabajo largo y reparador, tanto de las situaciones que hemos vivido con mucha vergüenza como las creencias que pueden estar debajo.

Quizás necesites ayuda, exponerte a esta emoción de la mano de algún profesional acelerará el proceso y te acompañara por el camino de la sanación hasta dejar solo la vergüenza necesaria y adaptativa.

 

Conclusiones

La vergüenza es una emoción social, tiene relación con los demás de forma real o imaginaria (cómo creo que me perciben).

Esta emoción la compartimos con otros mamíferos, y sirve para saber qué rango ocupa cada animal en el grupo.

En los seres humanos es mucho más compleja y sirve para saber qué comportamientos son adecuados y cuáles no, y evitar así hacer cosas que puedan provocar rechazo.

La vergüenza, en un nivel sano, es una emoción importante que ayuda a la convivencia y a relacionarse con los demás, pero cuando es excesiva se convierte en “vergüenza tóxica” y es extraordinariamente limitante.

A muchas personas les impide literalmente vivir.

Aprendemos la vergüenza en los primeros años de vida, en la relación con nuestros cuidadores. Estos actúan como un espejo en el que nos miramos cuando somos bebés y niños, y si la imagen que vemos es defectuosa (sentimos que no somos merecedores de afecto o cariño), la vergüenza se puede alojar crónicamente en nuestro interior.

Así que hay dos tipos de vergüenza, una sana y constructiva que nos ayuda a conocer las reglas sociales y a relacionarnos con los demás y otra tóxica que hace que tengamos miedo a la desaprobación o al rechazo.

 

 

Aura Marqués
Psicóloga S. Clínico EMDR

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