El estilo de apego que desarrollamos en la infancia influye de manera significativa en la elección de pareja así como en la calidad de las relaciones afectivas que estableceremos en la edad adulta.
Del mismo modo, los estilos de apego están profundamente relacionados con la satisfacción conyugal, hecho que cada vez es puesto de manifiesto por más terapeutas de pareja.
Siendo la combinación de dos personas con apego seguro en la relación de pareja la que está asociada con niveles de satisfacción más altos y la combinación de un miembro con apego evitativo y otro miembro con estilo temeroso el asociado a niveles más bajos.
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Si bien en la infancia el apego es el vínculo que establecemos con la figura de quien depende nuestra seguridad, protección y por ende nuestra vida, en la edad adulta esto no es del todo así. Como adultos ya podemos depositar en nosotros mismos nuestra seguridad y autoprotección.
La relación de pareja guarda muchos paralelismos con la relación de apego. Una vez que somos adultos y abandonamos la protección familiar contamos con las capacidades para cuidar plenamente de nosotros mismo, pero esto no lo podemos hacer completamente por nosotros mismos (por muy autónoma que sea la persona) a lo largo de toda la vida y en todos los momentos de la vida.
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Y si estamos en un proyecto de pareja, la persona sobre la que va a recaer nuestro cuidado prioritariamente es nuestra pareja. Por tanto, aquí de nuevo se producen escenarios similares a los vividos en el proceso de apego en la infancia.
Una diferencia con la relación de apego infantil, es que en ésta, el cuidado debe ser unidireccional, es decir los adultos son los responsables del bienestar del niño, y en la relación de apego adulto es bidireccional, ambos adultos son en parte responsables del cuidado del otro, cuando este no pueda hacerlo por sí mismo, y además ambos son responsables de cuidar el proyecto común que comparten y si tienen descendencia también de la misma.
Otra diferencia es que a esta relación de pareja se llega (en el mejor de los casos, en los que la persona haya sido bien tratada) con relaciones de apego sólidas y sanas construidas con otras personas (amigos, familiares) a las que poder recurrir si en la relación de pareja las cosas no van bien, por lo que nuestra seguridad no está tan “en las manos” de la pareja.
Aunque con el paso del tiempo, el proceso natural es que los vínculos con las figuras de apego se distancien en cierta medida, por lo que la pareja puede cobrar el papel protagonista en cuanto figura de apego y aquí de nuevo reproducirse ciertas características de la relación de apego infantil.
Por otro lado, como expone Bowlby, si en las relaciones de apego tempranas con las figuras de apego primarias se construyen las bases para las relaciones afectivas posteriores cómo no va a entrar en juego en el apego adulto, en las relaciones de pareja, todo lo construido en el apego en la infancia.
Cuando además, la investigación ha comprobado que los estilos de apego en general son relativamente estables.
Hazan y Shaver. Estos autores estudiaron la asociación entre el estilo de apego y aspectos relacionales de la infancia y la edad adulta.
Los sujetos que se clasificaban como seguros describían una historia de apego con sus figuras principales basada en relaciones cálidas con ambos padres y entre los padres, los sujetos evitativos describían a unas figuras de apego en su infancia frías que tendían a rechazarlos y los sujetos ansioso-ambivalente describían a unos padres injustos.
Se ha puesto de manifiesto la relación existente entre la seguridad en el apego y la calidad de las relaciones de pareja y por tanto con el grado de satisfacción de la relación de pareja.
Los tres principales tipos de estilos de apego descritos en los estudios en la infancia se mantienen en los adultos.
Modelo de prototipos de Bartholomew y Horowitz (1991).
Nos propone cuatro categorías de apego, a las cuales subyacen dos dimensiones, la ansiedad del abandono (miedo al abandono) y la evitación de la cercanía emocional (fobia al apego). Los modelos del sí mismo pueden dicotomizarse como positivos (se cree que el sí mismo merece amor y atención) o negativos (se cree que el sí mismo no los merece).
Tras esto pasemos brevemente a exponer cómo influye el estilo de apego adulto en las dinámicas de pareja, y la relación entre los estilos de apego y satisfacción en las relaciones de pareja.
Gran cantidad de estudios han mostrado la asociación entre el apego adulto y la satisfacción en la pareja, tanto en matrimonios como en parejas solteras.
Hallazgos de la investigación:
Las personas con mayor seguridad en el apego: Hazan y Shaver (1987):
- Describían sus experiencias como más felices, amistosas y de confianza.
- Experimentaban el amor como un estado que puede tener altibajos, pero que en general se mantiene constante.
- Tendían a tener relación de más largo plazo.
Las personas con mayor seguridad en el apego. Feeney y Noller (2001):
- Informaron de mayores niveles de satisfacción, confianza y menores niveles de expectativas insatisfechas respecto de sus parejas.
Las personas con estilos seguros la pareja Collins & Feeney (2004):
- Es vivenciada como más respetuosa, confiable y cuidadosa y están más atentos a las claves positivas de la relación.
Estilos de Apego en Relaciones de Pareja y su asociación con la satisfacción marital han mostrado que las personas con estilos de apego seguro tienen relaciones con mejor comunicación, proporcionan mayor apoyo a sus parejas y resuelven de manera más constructiva sus conflictos.
Y las personas con estilo de apego seguro controlan sus sentimientos negativos de un modo relativamente constructivo reconociendo sus ansiedad y buscando apoyo o consuelo en su pareja.
Las personas con apego inseguro Collins y Feeny (2000):
- Tienden a desplegar menos conductas de cuidado hacia el otro y a tener expectativas más negativas respecto del apoyo de la pareja, lo que redundaría en una menor satisfacción.
- La ansiedad y la evitación del apego están asociadas a la percepción de la pareja como menos capaz de brindar apoyo y a evaluaciones más negativas respecto del involucramiento, intimidad, compromiso y amor del otro.
Las personas con apego inseguro ambivalente (mayor ansiedad en el apego):
- Eran más propensas a experimentar celos, obsesión o atracción sexual extrema, las personas con alta ansiedad en las relaciones de pareja informaban de más preocupación obsesiva y dependencia emocional del otro.
Las personas con alta evitación:
- Describían sus relaciones caracterizadas por el temor a la cercanía y por frecuentes altibajos emocionales.
- Las personas evitativas en el apego eran más propensas a decir que nunca se habían enamorado, a no comprometerse y a tener bajos ideales en el amor. Eran más propensas a experimentar celos, obsesión o atracción sexual extrema.
- Las personas con alta ansiedad o evitación del apego reportaron menor consenso, cohesión y expresión emocional y ajuste global en sus relaciones.
- Las personas con apego desorganizado, desapegado: son las que presentan los niveles más bajos de satisfacción. Dado que la estrategia que ponen en juego ante las situaciones que les generan malestar en las interacciones íntimas es la desactivación de las necesidades de apego.
El negar las necesidades emocionales y la evitación de la intimidad generarán un terreno menos propicio para obtener gratificación en sus relaciones de pareja. Además su tendencia a la evasión en situaciones de necesidad (en lugar de buscar apoyo) no dan la oportunidad a que la pareja se constituya una fuente efectiva de contención emocional, lo cual dificulta que se sientan satisfechas en sus relaciones.
Y por último, quiero exponer cómo últimas conclusiones un breve análisis de lo que podemos esperar en las parejas de apego según toda la información expuesta:
– Si encontramos una pareja compuesta por miembros con estilos de apego seguro; será esperable encontrar un efecto benéfico y potenciador de la relación puesto que ambos experimentan comodidad con la cercanía y con dependencia (sin llegar a esperar modos extremos de la misma). Ambos miembros presentarán un bajo temor al abandono y al rechazo.
– Si encontramos parejas compuestas por miembros con ambos estilos de apego inseguros; la combinación más negativa se produce cuando un miembro tiene un estilo de apego evitativo y el otro un estilo de apego ansioso ambivalente, ya que el hecho de tender a tomar distancia emocional de los desapegados y su dificultad para comprometerse le da mayor inseguridad, más aún al ambivalente.
Y la tendencia del ansioso ambivalente a pedir compromiso e involucración emocional con una excesiva demanda a momentos pero al mismo tiempo con temor a mostrarse en sus aspectos más íntimos y vulnerables crea mas inseguridad al evitativo y por ende para ambos hace que la relación sea vivenciada como menos gratificante.
Ahora te preguntarás, ¿qué puedo hacer para mejorar mi relación de pareja?. Lo primero identificar el tipo de apego que tienes en tu relación, reflexionar donde lo aprendiste, ¿fue con tu padre? o ¿fue con tu madre?. Y sigue preguntándote ¿en que me ayuda el estilo de apego que tengo y como me dificulta el avance?.
Y seguro que en ese trabajo que realizas de autoconocimiento se irán produciendo cambios a mejor. Ves desde lo más sencillo y con constancia y mucha comunicación con tu pareja quizás puedas mejorar vuestro tipo de apego.
Y si no lo consigues busca ayuda externa de un profesional que os ayude a deshacer los nudos que no se sueltan de la relación.
Modelo del yo Modelos de los otros, figuras apego Positivo Negativo Positivo Seguro, con intimidad y cercanía. Me merezco amor y el otro esta cercano y preocupado por mi. Idea positiva de mi y de los demás. Baja ansiedad y poca evitación, mayor intimidad Preocupado por las relaciones. Me merezco amor y el otro esta distante, no se preocupa por mi. Idea negativa de mi, positiva de los demás. Alta ansiedad, baja evitación. Negativo Negativo. Evitativo. Rechazante. No me merezco amor, y el otro esta cercano y se preocupa por mi. Evito y niego la necesidad de intimidad. Idea Positiva de mi, y negativa de los demás. Baja ansiedad, alta evitación Temeroso. No me merezco amor y el otro esta distante y despreocupado. Miedo a la intimidad y evita las relaciones sociales. Idea negativa de mi y de los demás
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Aura Marqués
Psicóloga. Psicoterapeuta, Clínico EMDR
Palma de Mallorca