Crecemos con el amor y con el desamor del otro. Es una constante en el río de la vida.
Afrontar el conflicto de pareja implica enfrentarse a un@ mism@ (¿Quien soy yo más allà de mi relación “con” o “contra”?). La pareja como el mejor espejo en el que mirarnos, y un continuo aprendizaje en nuestra vida.
Mi papel como terapeuta está en acompañar en las fases de crisis y transición y ayudar a la persona que nos consulta a trascender sus apegos y automatismos infantiles. Trascender supone entender, digerir, perdonar, soltar, superar el victimismo. Trascender supone “pasar página” del pasado (“lo que fue, fue”) y dar la bienvenida al presente para seguir creciendo y descubriendo o re-descubriendo posibilidades y potencialidades (“lo que es, es”).
La pareja es un proceso de crecimiento que vehicula y canaliza dos de las necesidades más importantes del ser humano:
ØEl impulso y la necesidad de vincularnos: ser amado/a y amar al otro.
ØEl impulso y la necesidad de desvincularse: ser nosotros mismos , realizarnos como seres únicos y especiales.
La pareja es una consecuencia del impulso y la necesidad de “apego” o de “vínculo” afectivo (la necesidad de dar y recibir amor, la necesidad de dar y recibir ternura, proximidad, calor, apoyo). Crecemos a través de los vínculos afectivos. Nos reconocemos a nosotros mismos sobre todo a través de la mirada del otro.
Curiosamente, y según nos enseña la Psicología del Apego, parece ser que cuanto más amor recibimos, más capaces somos de individualizarnos.
Paralelamente a la necesidad de vincularnos, nuestro potencial natural, el impulso evolutivo que mueve nuestra semilla humana (única, irrepetible, especial) nos empuja a diferenciarnos, a individualizarnos.
Para evolucionar, para desarrollarnos, necesitamos separarnos, distanciarnos, diferenciarnos, explorar, conocer, caminar, correr, volar … en definitiva, individualizarnos, expandirnos, independizarnos y liberarnos para ser nosotros mismo.
Un proceso de crecimiento sano debería ir –a mi modo de entender- de la dependencia, a la independencia; de la fusión a la individuación, de la media naranja a la naranja completa.
Nacemos fusionados con nuestra madre, crecemos gracias a su cercanía y dependencia mutua y, poco a poco, vamos a ir diferenciándonos e independizándonos.
El proceso evolutivo en la relación de pareja deberá ir en la misma línea, y pasar de una primera fase de la relación basada en “medias naranjas” hacia una fase de madurez basada en “naranjas completas”.
En definitiva, la relación de pareja será tanto más funcional y sana cuando respete, facilite y canalice esta doble necesidad de
Ø Vinculación: amar y ser amad@ (ser con el otr@)
Ø Diferenciación: auto-amarse (ser con un@ mism@)
Otros artículos sobre la pareja:
Aura Marqués
Psicóloga general Sanitaria
Terapia de pareja en Palma de Mallorca

