La vergüenza ¿amiga o enemiga?

La vergüenza es una emoción que a pesar de tener mala fama tiene una función importante a nivel social: nos permite asumir y observar las reglas sociales, baja nuestra sensación de grandiosidad, nos ayuda a integrarnos.

 

Dos aspectos:

-Sentimiento de pérdida de dignidad causado por una falta cometida o por una humillación o insulto recibidos, o falta de reconocimiento en la infancia por ejemplo. Vergüenza causada por el entorno.
-Sentimiento de incomodidad producido por el temor a hacer el ridículo ante alguien, o a que alguien lo haga, donde la creencia de valía y de adecuación están mermadas.

Como en todo lo humano la contradicción esta servida:

No nos gusta sentirnos avergonzados o inhibidos, por otro lado llamamos sinvergüenza a quien actúa sin ella si lo hace.

Lo podemos sentir solo ante una situación específica o sentirse avergonzado desde los primeros años de vida como si hubiéramos nacido con ella. Casi todas las personas hemos sentido vergüenza alguna vez, ya sea por un acto cometido o por nuestra apariencia física, lo diferente entre nosotros es cómo nos enfrentamos a ella.

La vergüenza es una emoción que puede ser muy discapacitante y bloquear nuestro caminar por la vida. Como la mayoría de las emociones no es sano dejarnos secuestrar por ellas y dejar que nos domine, necesitamos regularla.

No solo sentimos vergüenza de nuestra apariencia, también de nuestra manera de ser, de alguna cualidad personal, del miedo al fracaso… A veces nos creeos muy buenos ocultando eso de nosotros que no nos gusta pero seguro que está influyendo en los resultados.

Podemos simular tener vergüenza ante grandes éxitos para que el grupo no nos tache de prepotentes, es una falsa humildad. y por otro lado hay personas que no aceptan ni reconocen nunca sus logros por vergüenza para no parecer egoístas o engreídos,

 

¿Vergüenza o culpa?

No son lo mismo, aunque podemos confundirlas.
Culpa es una crítica que nace de nuestro razonamiento, es un juicio negativo de algo que hemos hecho, y ayuda reparar algo que pensamos que no hemos hecho adecuadamente, la culpa puede generar subida de energía interna. Aparece después de una reflexión y se basa en las reglas o creencias sociales.

Vergüenza es una emoción de inadecuación, de inferioridad y poca valía, o tener algo malo. baja la energía, nos hace escondernos e inhibición. La sensación de no ser suficientemente bueno puede impedir hacer cosas que quizás deseamos, nos escondamos.

 

Su función

Como he comentado la vergüenza tiene la función de hacernos cumplir las expectativas sociales y lograr ser aceptados por la comunidad.

La vergüenza se activa cuando creemos (casi siempre implícitamente) que hemos faltado a una norma social (o estándar personal) y corremos riesgo de ser expulsados del grupo.

Sentimos que hay un aspecto nuestro que no es aceptable, y por lo tanto debemos ocultarlo (ya sea ocultándonos nosotros, o mostrándonos de una forma socialmente aceptable). Por lo tanto, cumple una poderosa función de regulación social.

Esta presente en todos nosotros de una manera adecuada pero puede pasar a ser enfermiza cuando nos lleva a tener adicciones, o ser violentos, a entrar en depresión o en los problemas con la comida. Parece extraño pensar que una persona con problemas emocionales pueda tener vergüenza pero es una de las emociones que aparece en estos trastornos como una base que impulsa al consumo, a la violencia, a tapar con comida…

 

 

 

Vergüenza adecuada o inadecuada

La vergüenza adecuada es adaptativa nos ayuda a corregir conductas y actitudes social o personalmente sancionadas, protege nuestra conexión con los demás y previene el aislamiento social.

Nos hace mostrar lo mejor de nosotros para ser aceptados y cubrir nuestra necesidad emocional de pertenencia. Nos hace ocultar solo ciertos aspectos que no desvirtúan nuestro caminar por la vida

En cambio, cuando la vergüenza es tan fuerte que nos lleva a realizar conductas destructivas para no verla o no sentirla puede convertirse en una vergüenza destructiva.

Nos hace sentir que no somos (ni seremos) suficientemente buenos; se vive como auto-desprecio, generando parálisis, inhibición excesiva o tratar de adormecer el sentimiento realizando conductas perjudiciales.

Esta la base de muchos trastornos alimentarios, donde la vergüenza del cuerpo, la distorsión corporal verse como no se es, vergüenza de tener el cuerpo que se tiene por ejemplo.
En las adicciones también esta presente por la realización de la misma adicción, y quizás en la bese del inicio.
Muchas actitudes agresivas son para tapar la vergüenza que se siente de ser inferior.

 

Regulemos la vergüenza

En la lineal de trabajo que realizo en mi trabajo como psicólogo lo primero de todo es conocerla. entenderla y validarla. Dedicar un tiempo en terapia a observar y conocer a nuestra vergüenza.

Buscar qué función tiene en nuestra vida, por qué aparece, desde cuando esta en nosotros, cuando se activa y a que nivel, que nos impide hacer o que nos obliga a hacer. ¿Imitamos a alguna de las personas que nos cuidó en la infancia?

Reconocerme a mi mismo: quien soy yo con esa vergüenza, que temo si esa vergüenza no coartara mi vida.

Entender que quizás en un principio mi vergüenza tuvo una función adaptativa correctora y adecuada, pero en el momento actual ha crecido tanto que me condiciona.

Validar seria agradecer que todas las emociones internas tienen una intención de ayuda, de protección, pero en el momento actual esa intención es tan intensa que esta creando problemas.

Es importante preguntarnos ¿Qué hay debajo de la vergüenza, qué tapa?.

Y cuando nos sintamos mas seguros con esta emociona comenzar a confrontarla. en lugar de ocultarla o evitarla. Exponernos primero a situaciones sencillas y más fáciles, en entornos mas seguros y protectores, valorar nuestros logros, y poco a poco aprender a vivir con ella. Aprender a mostrar nuestras imperfecciones como algo que mas normal, donde todos tenemos algo que no está en los cánones sociales, y aprender a mostraros vulnerables imperfectos ante personas cercanas o intimas.

Necesitamos tener una experiencia emocional correctiva: experimentar (no sólo saber racionalmente) que nuestros fallos son aceptables, que somos valorables incluso con la parte que queremos ocultar. La terapia EMDR ayuda en estos casos.

 

La fragilidad, debilidad, vulnerabilidad, imperfecciones, son partes importantes de la condición humana, mostrarlas sintiéndonos seguros de nosotros mismos, nos ayudara a madurar la vergüenza. En lugar de rehuir el riesgo de exponernos nos atreveremos a mostrarnos.

Revisa tu vergüenza, obsérvala con curiosidad compasiva, pregúntate sobre ella, que cubre, que te hace evitar, cómo te condiciona. Y si ves que es exagerada busca un poco de ayuda profesional.

 

Aura Marqués
Psicóloga S. Clínico EMDR

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